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jueves, 12 de enero de 2012

¿Por qué engordamos?


Viendo un documental sobre obesidad, presentaban un hombre joven que llegó a pesar 467 kg (1,027.4 lbs), éste ingería aproximadamente 30,000 kcal al día, creo que la reacción generalizada sería exclamar: ¡IMPOSIBLE! ¿Cómo alguien puede alcanzar a ingerir esa exagerada cantidad de calorías? sencillo, comiendo el equivalente a lo que una familia promedio come en una semana o más. El individuo en cuestión comía 5 hamburguesas, 2 pizzas, varios platos de pasta, 2 litros de jugo de naranja, un litro de refresco de soda, y muchas cosas más ¡En un sólo día! aunado a la falta de actividad física.

Esto me llevo a preguntarme: ¿por qué engordamos?

La respuesta lógica e inmediata sería: pues porque comemos demasiado, más de lo que el cuerpo necesita. Esta respuesta es cierta y se aplica a la mayoría de los casos pero no es absoluta, ya que la etiopatogenia de la obesidad, es decir, su origen aún no está bien definido, aceptándose que es una enfermedad multifatorial, pudiendo coexistir varias causas en un mismo individuo, desde factores genéticos, fisiológicos, patológicos hasta ambientales.


La concentración de casos a nivel familiar ha sugerido una etiología genética, pero se hace difícil su comprobación por la dificultad de reconocer si ello obedece a una predisposición genética o debido a malos hábitos alimentarios familiares.

El sedentarismo se presenta también con una elevada prevalencia en el paciente obeso. Incluso se describe como la causa primaria en un porcentaje de los casos, y en otros como un evento secundario que tiende a agravar la obesidad.

Entonces, en resumidas cuentas, ¿qué nos hace engordar?

Indiscutiblemente que la causa más frecuente de obesidad es el desequilibrio entre la ingesta de alimentos y el gasto energético, es decir, si mi organismo necesita diariamente 1,600 kcal para sus procesos metabólicos y funciones de los órganos, pero yo ingiero 2,000 kcal en los alimentos que como, esas 400 kcal extras, que mi cuerpo no necesita se acumularán en forma de grasa. Si lo hacemos un día el efecto no será significativo, pero si lo hago todos los días durante un año, al cabo del mismo encontraremos que hemos aumentado varias libras y que la distribución del cuerpo ha cambiado, ya que dicha grasa se acumula principalmente en abdomen, caderas, glúteos y cuando ya las reservas grasas se exceden demasiado, se depositan en todo el cuerpo, incluyendo alrededor de órganos vitales como corazón e hígado.

Mencionemos algunas otras causas asociadas a la obesidad, de origen ambiental, lo que se conoce como ambiente obesogénico:
- Mayor bombardeo de publicidad de comidas rápidas, alcohol y bebidas carbonatadas, mostrándolas muy apetecibles lo que las hace irresistibles a personas que de por sí tienen grades apetitos.
- La intensificación de una vida sedentaria, con una decreciente actividad física.
- Problemas psicológicos y sociales
Otras causas:
- Embarazo
- Abandono de tabaquismo y otras situaciones que eleven los niveles de ansiedad.
- Después de una intervención quirúrgica, ya que esto representa un período de reposo e inactividad física.

Aunque el factor ambiental, que engloba la ingesta calórica excesiva y bajo nivel de actividad física, es responsable de gran parte de los casos de obesidad, hay enfermedades que pueden llevar a un incremento de peso a niveles patológicos:
- Deficiencia de la hormona de crecimiento o exceso de hormonas de la glándula suprarrenal.
- Hipotiroidismo (deficiencia en la función de la glándula tiroides)
- Fármacos como los esteroides, antidepresivos, hipotensores, antiepilépticos, entre otros.
- Trastornos de estrés y ansiedad.

Luego de una breve recopilación de las causas de la obesidad queda claro que el factor ambiental tiene un papel preponderante en esta génesis, por lo que debemos combatir por medio de educación sobre hábitos alimentarios saludables y la importancia de un estilo de vida activo y dicha concientización debe iniciar desde el seno familiar.

Dra. Erily Marmolejos Malena

viernes, 2 de diciembre de 2011

Recomendaciones nutricionales para pacientes con obesidad o sobrepeso

— No tenga alimentos no recomendados en su domicilio (frutos secos, embutidos, productos de pastelería, chocolates, etc.).

— Utilice platos de postre para comer: como a la vista la cantidad de alimento parecerá mayor, le será más fácil seguir la dieta respetando las cantidades de los alimentos.

— Procure comer siempre en el mismo sitio (comedor, cocina, etc.), y sentarse en un lugar

en el que sólo se siente para comer: ha de ser un lugar distinto de los que usa para sentarse cuando no come (cuando lee, estudia, trabaja, cose, etc.).

— Cuando coma no haga otra actividad, como leer, ver la televisión, etc.

— Procure no comer solo y hablar unos minutos antes de comenzar a comer, cuando ya está

sentado a la mesa. Haga pequeñas pausas entre plato y plato y levántese de la mesa en cuanto

haya terminado.

— No se salte las comidas, porque tendrá más hambre después.

— Nunca vaya a comprar los alimentos antes de comer si tiene sensación de hambre: si lo hace, seguro que compra alimentos innecesarios.

— Cuando vaya a comprar, lleve siempre una lista de lo que necesita y el dinero justo. De

esta forma evitará comprar alimentos innecesarios.

— Si va a un hipermercado no pase por los pasillos “prohibidos” (pastelería, alimentos preparados, congelados tipo pizza, o alimentos preparados y listos para freír).

— Acostúmbrese a leer el etiquetado de los productos alimentarios que compre, porque

le será muy útil conocer su contenido en nutrientes.

— Planifique los menús. Nunca cocine más comida que la que necesita: evitará tener sobras y la tentación de comérselas.

— Prepare siempre los platos de la forma más sencilla: asados, en su jugo, en horno, cocidos, al vapor o a la plancha. Nunca tomará fritos, empanados o guisos con muchas salsas. Cocine con imaginación, elaborando recetas apetitosas con los alimentos permitidos.

— Sírvase la comida en el plato y no deje la fuente en la mesa. Haga lo mismo con el pan

y la bebida (ponga en la mesa sólo el pan y la cantidad de bebida recomendados).

— Evite el alcohol, porque le llena de calorías “vacías” que no le quitan la sensación de

hambre.

— Es muy conveniente que beba abundante cantidad de agua a lo largo del día, sobre todo

fuera de las comidas, porque ayuda a sentirse más lleno y a no tener ganas de “picar” entre

horas.

— Procure elegir alimentos ricos en fibra, como la verdura, los cereales integrales o la fruta

sin pelar. Estos alimentos mejoran muchos procesos digestivos, evitan el estreñimiento y contribuyen a sentirse lleno.

— Vaya a las fiestas y celebraciones con un plan pensado con anterioridad, que consista en elegir bebidas no alcohólicas y alimentos de pocas calorías.

— Si toma bebidas dulces compruebe que no tienen azúcares y que estén elaboradas con edulcorantes (productos para endulzar) artificiales.

Dra. Erily Mariel Marmolejos Malena

Nutrióloga clínica

jueves, 21 de julio de 2011

Estamos en tiempo de aguacate: descubre sus bondades.



Si bien se trata de una fruta, no es dulce y, por lo general, se consume como una verdura. Contiene vitaminas: A, B1, B3, B5, B6, ácido fólico, C, E, K; y minerales: calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio.

BENEFICIOS PARA LA SALUD
Es rico en fibra, beneficiosa para los intestinos. Ayuda a prevenir parásitos.
Posee una importante cantidad de vitamina E, lo que lo convierte en un antioxidante natural. Neutraliza e incluso puede llegar a inhibir la producción de radicales libres y protege las membranas celulares. Además de retrasar el envejecimiento, previene las enfermedades coronarias y el cáncer.
Por su aporte de grasas monoinsaturadas, reduce el nivel de colesterol en general, y del LDL (colesterol malo) en particular. Incrementa el HDL o colesterol bueno y disminuye los triglicéridos.
Tiene efecto protector del hígado y puede tener leve efecto antiinflamatorio.
Las cremas que contienen derivados del aguacate son útiles para combatir enfermedades cutáneas como la psoriasis. Su cáscara y semilla contienen elementos de efecto antirreumático.



PRECAUCIÓN!!!!!!

Posee una gran cantidad de lípidos (grasas),
lo que lo convierte en un alimento muy calórico,
por lo que debes controlar la cantidad ingerida
para que no aumentes de peso.

sábado, 4 de junio de 2011

Dietas: Mitos y Realidades


Lo primero que debemos considerar es el uso erróneo del término dieta como el régimen de alimentación extremadamente bajo en calorías, que infunde temor y predispone al individuo desde antes de iniciarlo a un supuesto " fracaso seguro". Dieta es sinónimo de pasar hambre, de dejar de comer o de sólo comer vegetales y frutas, lo cuál es el primer mito, ya que la realidad, es que dieta se denomina a nuestra alimentación diaria, sea ésta saludable o no, rica en grasas o no, adecuada o no. Dieta es lo que comemos día a día, cuando nos sometemos a un proceso para bajar de peso con cambios en nuestra alimentación, lo correcto es llamarlo régimen dietético hipocalórico en vez de dieta.
Mito: para bajar de peso debo suprimir totalmente los carbohidratos y sólo ingerir vegetales y frutas.
Realidad: Un régimen dietético hipocalórico debe diseñarse incluyendo alimentos de cada grupo alimenticio, esto es energéticos (carbohidratos) que son los cereales, pan, víveres; formadores (proteínas) que la encontramos en carne, pescado, huevo, leche, yogurt, queso, leguminosas, etc. Grupo regulador (vitaminas y minerales) en frutas y vegetales; y las grasas. Es decir, que debe ser un plan de alimentación balanceado y equilibrado, ya que se deben controlar las porciones de cada uno de esos alimentos.
Mito: mientras menos veces coma más peso voy a perder, por eso no desayuno o no ceno.
Realidad: mientras menos veces comes más lento se torna tu metabolismo, se queda en reposo y si sólo haces 1 ó 2 comidas al día, tu organismo aprovecha cada una de esas comidas al máximo, lo que te lleva a acumular más energía en forma de grasa, es decir, engordar. Lo que realmente se recomienda para perder peso es hacer 3 comidas principales, por supuesto con alimentos saludables y con porciones controladas y 2 a 3 meriendas ligeras, esto contribuye a mantener tu metabolismo activo y te ayudará a quemar más calorías y por ende, perder más peso.
Mito: si mi vecino/a rebajó con esta dieta que le dio el Dr., yo también puedo seguirla y obtendré los mismos resultados.
Realidad: los regímenes dietéticos son individualizados y personalizados, puede ser que lo que le funcionó a un amigo te pueda funcionar si comparten ciertas características físicas, pero aún así obtendrás mejores resultados cuando se diseñe un plan dietético exclusivo para ti, tomando en cuenta tu estilo de vida, tus gustos, tus enfermedades o condiciones de vida, además que el control y el seguimiento individual por parte de tu médico garantiza que se logre la meta propuesta y que los resultados perduren.
Mito: cada cierto tiempo debo realizar dietas de desintoxicación sólo a base de alimentos diuréticos y laxantes.
Realidad: si llevamos normalmente una alimentación balanceada y equilibrada, con adecuadas raciones de frutas y vegetales no tenemos por que estar intoxicados, ya que nuestro sistema digestivo tiene la capacidad de procesar los alimentos de nuestra dieta, siempre y cuando no se cometan excesos con el consumo de grasas y cereales refinados.
Muchos otros mitos giran en torno a este controversial tema, pero la realidad es que la pérdida de peso debe ser supervisada por un especialista del área, que te asegure un adecuado aporte de cada grupo alimenticio, para evitar carencias nutricionales y que te garantice lograr la meta propuesta y el mantenimiento de la misma a través de una reeducación en tus hábitos alimenticios.

Escrito por: Dra. Erily Mariel Marmolejos Malena

martes, 31 de mayo de 2011

Fibra Dietética ¿Por qué consumirla y donde encontrarla?




Es un grupo de carbohidratos complejos de origen vegetal, generalmente indigeribles y cuya ingestión resulta beneficiosa para la salud. Los tipos de fibra son: Insolubles, como celulosa, hemicelulosa, lignina (y lignanos); los cuáles se encuentran principalmente en granos, semillas y cereales, excepto la lignina. La fibra soluble incluye las gomas, pectinas y mucílagos, las cuáles junto a la lignina predominan en frutas y vegetales.
Las fibras solubles ayudan a controlar los niveles sanguíneos de glucosa y de colesterol; las insolubles dan consistencia a las heces, absorben sales biliares potencialmente dañinas y aceleran el tránsito fecal. Ambos tipos de fibra actúan como prebióticos y favorecen la proliferación y permanencia de la buena flora bacteriana intestinal en las vías digestivas.
Se recomienda ingerir entre 25 y 40 gramos diarios de fibra dietética, hacerlo podría ayudar a prevenir una serie de afecciones, entre ellas estreñimiento, diverticulitis, hemorroides, colon irritable, obesidad, cáncer de colon y probablemente diabetes de la madurez.
Protege contra el cáncer de colon porque las fibras absorben y retienen agua, y al aumentar de volumen aceleran el tránsito intestinal combatiendo el estreñimiento y evitando el contacto prolongado de las paredes intestinales con sustancias potencialmente carcinógenas.
Se puede aumentar el consumo diario de fibra dietética consumiendo salvado de cereales (trigo, avena), cereales para el desayuno ricos en fibra y varias porciones de frutas y vegetales al día.


miércoles, 25 de mayo de 2011

SUPER ALIMENTOS

EL YOGUR
Este alimento líquido producido a partir de la fermentación bacteriana de la leche es obra de diversas cepas de microorganismos, una de las cuales (Streptococcus bulgaricus) dio nombre a los bacilos búlgaros y a la leche búlgara.
El yogur puede fabricarse con leche de vaca o de otras especies. Para ello puede utilizarse indistintamente leche semidescremada o descremada, pero no la deslactosada, porque es precisamente la fermentación de la lactosa (azúcar de la leche) la que le aporta su sabor y textura característicos.
Una vez producido, el yogur conserva las propiedades nutricionales de la leche, pero es de más fácil digestión (especialmente para quienes padecen intolerancia a la lactosa).
Aporta cantidades considerables de riboflavina, niacina, potasio y calcio.
Clínicamente se ha visto que el consumo habitual de yogur combate el estreñimiento, protege contra la candidiasis, ayuda a reducir el colesterol, es inmunoestimulante, tiene una actividad anticancerosa (especialmente en el colon) y contiene sustancias antibióticas que previenen y corrigen la diarrea.

Fuente: Alimentos Saludables de la A a la Z, Erwin Möller